Matronas y ginecólogos abren una guerra por la asisitencia en los partos.




Ginecólogos y matronas juegan en el mismo equipo, pero no siempre están de acuerdo a la hora de aplicar los criterios que deben prevalecer en un parto. A veces surgen roces y choques de competencias. Esto es lo que ocurre estos días en el Hospital Materno Infantil. La aprobación de una guía para la atención de los partos normales y sin complicaciones (eutócicos) ha desencadenado una guerra entre especialistas en obstetricia y ginecología y matronas. Los ánimos están caldeados, como reconocieron ayer a este periódico varias fuentes consultadas.
El problema surge porque la citada guía otorga a las matronas la responsabilidad en los partos normales. Esa medida ha indignado y molestado a los ginecólogos, que consideran que se les retira una autoridad a la que tienen derecho. El enfrentamiento entre ambos colectivos es evidente. De ese modo, en la batalla abierta por culpa de la puesta en marcha del documento que regula el modo en que hay que asistir los alumbramientos naturales, deberá intervenir la gerencia del Hospital Regional Carlos Haya, al que pertenece el Materno, para tratar de pacificar la situación y encontrar una solución que satisfaga a ambas partes.
En estos momentos, los especialistas en obstetricia y ginecología han visto recortadas sus competencias, ya que la responsabilidad en los partos sin complicaciones recae directamente en las matronas. Así, las comadronas sólo llaman al médico en caso de que durante el alumbramiento se presente alguna complicación que obligue a que el parto sea instrumentalizado o, incluso, haya que recurrir a practicarle a la embarazada una cesárea.
Malestar entre los médicos
Que la dirección del Materno haya concedido mayor poder a las matronas ha levantado ampollas entre los facultativos. Los ginecólogos sostienen que la responsabilidad en los partos normales tiene que ser compartida entre ellos y las comadronas, pero que en modo alguno debe ser asumida en solitario por estas. El malestar entre los médicos es evidente, como reconocieron las fuentes consultadas. En ese sentido, los ginecólogos han redactado un escrito en el que piden que se reconsidere la situación. Solicitan a la dirección que la responsabilidad sea tanto de los médicos como de las matronas. Los especialistas confían en que el gerente y el director médico de Carlos Haya, Antonio Pérez Rielo y José Antonio Trujillo, respectivamente, medien en el conflicto y se modifique la guía, que ha sido aprobada con el visto bueno del director del Materno Infantil, Pedro García Fortea, y del jefe del servicio de obstetricia y ginecología, Alberto Reche.
Discrepancias con el jefe
Precisamente, una de las cosas que más ha enfadado a los ginecólogos es que su jefe haya firmado el documento que le otorga la responsabilidad en los partos normales a las matronas. Los facultativos no comprenden que el doctor Reche haya dado luz verde a esa medida sabiendo que ellos estaba en contra de la misma, hecho que ha creado discrepancias con su jefe al sentirse desautorizados.
Los ginecólogos ven cómo, con la puesta en marcha de esa guía, «el poder de las matronas en los partos sin complicaciones es muy alto», aun siendo conscientes de que legalmente las comadronas pueden asumir la responsabilidad en ese tipo de alumbramiento, ya que están preparadas y tienen formación específica para ello.
En el fondo, lo que subyace es un enfrentamiento entre dos sectores que en ocasiones mantienen puntos de vista diferentes a la hora de atender un parto. Hay una corriente entre las comadronas que apuesta por lograr un parto lo más natural posible, evitando siempre que sea posible la medicalización del mismo, puesto que consideran que es lo mejor para las embarazadas.
Los ginecólogos confían en que se atienda su petición de ser corresponsables de los alumbramientos sin complicaciones y que esa competencia no sea asumida solamente por las matronas. Los responsables de Carlos Haya se enfrentan a un choque entre dos colectivos. Para pacificar los ánimos y resolver el problema deberán negociar y consensuar ambas posturas. Fuentes médicas dijeron que la presencia de un ginecólogo en el paritorio es un elemento que ofrece seguridad y tranquilidad a las embarazadas y sus familias. «Lo que da muy mala imagen es una discusión en pleno parto entre médicos y comadronas», señalaron.

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